Por Rut Laybelis Encarnacion Genao, Psicóloga Clínica,
MA en Psicología Criminal con especialidad en Psicología Forense
Confieso algo: a mí también me gustan los documentales y series de True Crime. Como psicóloga forense y criminal, el análisis de casos reales, patrones de conducta y perfiles psicológicos me resulta fascinante. Sin embargo, no puedo ignorar el efecto que este contenido puede tener en la salud mental de quienes lo consumen sobre todo cuando se hace de manera frecuente, sin filtros o sin conciencia emocional.
En este artículo, analizo desde mi experiencia qué impacto psicológico puede tener ver True Crime en exceso, cuáles son los indicadores de alarma, y cómo mirar este contenido con una dosis saludable de prudencia.
¿Por qué nos atrae el true crime? Ver true crime genera una respuesta natural del cerebro: curiosidad, alerta, empatía y necesidad de entender el “por qué”. El miedo controlado que produce activa la amígdala y libera adrenalina, pero sin peligro real, lo que genera una especie de “placer seguro”. Además, permite al espectador explorar la oscuridad del ser humano sin exponerse directamente.
Efectos psicológicos posibles
Aunque no está mal disfrutar del True Crime ocasionalmente, verlo de forma repetitiva y sin gestión emocional puede generar lo siguiente:
Aumento de la ansiedad y la hipervigilancia
Comenzar a dormir con la puerta trancada con doble seguro, sospechar de vecinos o sentir que en cualquier momento puede pasar “lo peor”, son señales de que el contenido está generando ansiedad anticipatoria. Esto puede manifestarse con insomnio, sobresaltos o dificultad para relajarse.
Desensibilización emocional
Ver casos de violencia una y otra vez puede disminuir la sensibilidad frente al dolor ajeno. Como consecuencia, la empatía se reduce, y hay una tendencia a ver las víctimas como “parte del show” en lugar de personas reales con historias trágicas.
Intrusión de pensamientos violentos o catastróficos
Quienes tienen un perfil ansioso o antecedentes de trauma pueden empezar a experimentar pensamientos intrusivos, imaginando que les ocurrirá algo similar o que están en peligro constante. También puede aparecer el síndrome del “mundo peligroso”, donde se percibe la realidad como más amenazante de lo que es.
Identificación con la víctima o el victimario
En algunos casos, sobre todo en jóvenes o personas con heridas emocionales no resueltas, se puede generar una idealización del agresor (como ocurrió con algunos fanáticos de asesinos seriales). También puede haber un revivir de traumas pasados si hay experiencias similares.
Red flags de que deberías pausar el contenido
Como profesional, recomiendo estar atentos a estos signos de alerta:
- Cambios en el estado de ánimo tras ver este tipo de contenido.
- Pensamientos frecuentes sobre crímenes o asesinatos.
- Dificultad para dormir o sensación de inseguridad constante.
- Normalización del lenguaje violento o burlas hacia las víctimas.
- Reacciones físicas (nudo en el estómago, taquicardia) mientras ves los casos.
Recomendaciones como psicóloga forense
- Consúmelo con conciencia emocional: observa cómo te sientes antes, durante y después.
- Evita ver contenido de True Crime antes de dormir, especialmente si eres sensible o ansioso.
- No uses este contenido para “desconectarte” si estás emocionalmente inestable.
- Acompaña el contenido con reflexión: no es solo entretenimiento, son vidas reales.
- Busca ayuda profesional si sientes que el miedo se apodera de ti o si revive traumas pasados.