Por Rut Laybelis Encarnación Genao, Psicóloga Clínica,
MA en Psicología Criminal con especialidad en Psicología Forense
Vivimos en una época donde todo parece ser reemplazable: objetos, relaciones, ideas, incluso emociones. La rapidez con la que se desechan las cosas ha invadido no solo nuestros hábitos de consumo, sino también nuestras formas de vincularnos con los demás. Esta tendencia ha dado origen a lo que algunos llaman la cultura del descarte emocional, un fenómeno que promueve el desapego superficial, la intolerancia al malestar y el reemplazo de vínculos humanos por conveniencia.
En este contexto, frases como “si no te aporta, apártalo”, “no tienes que aguantar nada de nadie”, o “bloquéalo y sigue con tu vida”, aunque empoderadoras en ciertos casos, también pueden ocultar una incapacidad para gestionar los conflictos, el dolor o las diferencias en las relaciones. Bajo el disfraz de amor propio y límites saludables, muchas veces se esconde el miedo a la incomodidad, la falta de habilidades emocionales o la dificultad para sostener conversaciones difíciles.
Esta cultura nos enseña que, si algo no funciona rápido o no nos hace sentir bien de inmediato, debe desecharse. Así, relaciones de años se terminan con un mensaje, amistades se enfrían por no coincidir en opiniones, y los procesos emocionales profundos se acallan con frases motivacionales o distracciones temporales. El resultado es un vacío emocional que se intenta llenar con consumo, productividad o vínculos efímeros, sin espacio para la reparación ni el crecimiento conjunto.
Límites
Es importante aclarar que poner límites o alejarse de relaciones dañinas no es parte del descarte emocional, sino una expresión sana de autocuidado. El problema surge cuando cualquier incomodidad es leída como “tóxica”, cuando se descarta sin procesar ni comprender. La cultura del descarte no solo afecta nuestras relaciones interpersonales, sino también nuestra relación con nosotros mismos: dejamos de tener paciencia con nuestros procesos, queremos sanar rápido, y nos culpamos por no estar “bien” todo el tiempo.
Para contrarrestar esta mentalidad, es necesario reivindicar la importancia de lo incómodo, del conflicto como oportunidad de crecimiento y del vínculo como un proceso que se construye, no se descarta. Reconectar con el valor del compromiso, de la reparación emocional, del pedir perdón y del sostener conversaciones difíciles, es un acto radical en estos tiempos de inmediatez.
Al final, no todo se bota. Algunas cosas se reparan. Algunas relaciones se sanan. Algunas emociones necesitan ser sentidas, no evitadas. Y algunas historias merecen segundas oportunidades, no porque lo viejo sea mejor, sino porque lo humano requiere tiempo, paciencia y profundidad.
Cuidar nuestros vínculos no es aferrarse a lo que duele, sino honrar lo que vale.
Porque, aunque hoy todo parezca desechable, el corazón humano no lo es.
Excelente artículo. Tenemos que tener cuidado con asumir posturas generalizadas. El amor, como expresa Fromm en su obra, es un arte que si bien amerita respeto por uno mismo, también implica compromiso y constancia.
Muy buen trabajo.
En un mondo lleno de inseguridades y seguido por gente sinbidentidas, se necesita trabajar temas como estos, no que motivan, sino más bien, que dicen la verdad.
Excelente aporte a la crisis social que estamos experimentando, es momento de volver a valorar las relaciones con las personas y sacar de la lista de desechables a las personas, recuperemos los mejores valores todavía estamos a tiempo.
Excelente mi hija. El corazón humano no es desechable y es cierto que hay emociones que solo se aprenden sintiendolas Dios te bendiga mucho
Felicidades, buen artículo. Aunque esta época comenzó educándonos sobre la inteligencia emocional, al parecer las redes y la tecnología nos han vuelto personas incapaces de gestionar nuestras emociones y cada vez más nos escondemos tras los aparatos que nos vinculan al mundo exterior mientras nos ayudan a ocultar los verdaderos sentimientos.
Estoy muy feliz de ver como Dios te ha ayudado, sabe que eres especial y siempre estaré muy orgullosa de ti.
Gracias a Dios por darme te la oportunidad de verte crecer sé que llegara lejos espero verlo y disfrutar juntas te amo mi princesa
Wao mi sobrina cuanto ha crecido, me gozo por tus éxitos, Dios te bendiga en gran manera
Estamos viviendo tiempos emocionalmente difíciles , el término si no me sirve lo aparto y eso mismo le decimos a nuestros hijos ,si no funciona simplemente lo desechamos ,pienso que deberíamos amar más , dialogar más y sobre todo socializar ,desahogar el alma .
🥹🤦
Es difícil pero no imposible. Hoy tomo la iniciativa de no apartarme de las personas porque sí, sino más bien aclarar las cosas , sacar tiempo y compartir más , brindarle amor y sobretodo ayudarlo en lo que necesiten de mí.
La vida es veloz , debemos aprovechar cada momento, y hacerlo increíble. Así nuestro corazón se llena de paz y es todo lo que necesitamos.♥️
Muy emotiva su redacción ♥️♥️.
Excelente mensaje para reflexionar y poner en práctica.
Muy cierto, hay que aprender a lidiar con nuestra realidad y enfrentarla con optimismo no a evadirla. Dios te bendiga mucho y gracias por bendecirnos con tu escrito
Mi opinión personal sobre la cultura del descarte emocional
En lo personal, me duele ver cómo se ha vuelto común tirar vínculos a la basura como si fueran cosas. He vivido relaciones —de amistad y de pareja— en las que, apenas aparecía una incomodidad, el silencio o el bloqueo era la respuesta. Lo he hecho yo también. Y con el tiempo me di cuenta de que muchas veces no era amor propio, sino miedo. Miedo a enfrentar el conflicto, a quedarme en el malestar, a mostrarme vulnerable.
He aprendido que no todo lo incómodo es tóxico, y que muchas veces, lo que duele también enseña. Hoy creo profundamente en la importancia de sostener conversaciones difíciles, de reparar cuando algo se rompe y de no rendirse tan rápido. Porque también me he arrepentido de soltar personas sin haber intentado entenderlas o sin darles la oportunidad de crecer conmigo.
Para mí, cuidar un vínculo es tener el coraje de quedarme cuando es más fácil irme, siempre que haya respeto. Es elegir el diálogo en lugar del juicio, y dar valor al proceso emocional, aunque no sea inmediato ni fácil.
Vivimos en una época donde todo parece reemplazable, pero no quiero que mi forma de vincularme con los demás siga esa lógica. Algunas cosas sí se rompen para siempre, pero muchas otras pueden repararse. Y creo que vale la pena intentarlo.
Porque al final, el corazón no es desechable.
Me gusto mucho tu artículo, tiene un mensaje muy excelente para nuestro época. Te felicito, Dios te bendiga.
Tremendo!!! Está cultura de descarte bajo el engaño humanista de amor propio, está haciendo más daño que bien. Excelente Ruth, esto debe recorrer el mundo🙌❤️👏👏
Excelente artículo, puntual y pertinente para estos tiempos que estamos viviendo. Dios te siga bendiciendo con gracia y sabiduría para seguir escribiendo artículos como este.
Buen trabajo.
Excelente!
Muy buen enfoque, excelente, me acordé de una frase: «hay que llevar la fiesta en paz» justifica no enfrentar las situaciones difíciles. Jajaja bendiciones.
Excelente, muy bueno 👍 al final muchas cosas tienen reparación