Ser mamá en tiempos de cristal: entre expectativas, caos y realidad

Ser mamá en tiempos de cristal: entre expectativas, caos y realidad

Por Rut Laybelis Encarnación Genao, Psicóloga Clínica,
MA en Psicología Criminal con especialidad en Psicología Forense

Transitamos una época en la que la sensibilidad emocional ha dejado de ser un tabú y los discursos sobre salud mental, autocuidado y vínculos se han posicionado con fuerza en el imaginario colectivo. A este panorama contemporáneo se le ha bautizado como la “generación de cristal”.

En este contexto, ¿qué significa maternar? ¿Cómo se vive la maternidad en una era que exige tanto y a la vez invita al bienestar?

¿Qué implica ser madre hoy?

El rol materno ha mutado profundamente. La madre contemporánea ya no es solamente cuidadora y protectora. También es facilitadora emocional, profesional en ejercicio, promotora de la crianza respetuosa, conocedora de temas nutricionales, organizadora doméstica y, además, una mujer que debe mantenerse emocionalmente regulada. Esta superposición de expectativas ha derivado en una sobrecarga silenciosa que rara vez se valida, pero cuyas consecuencias son palpables en el agotamiento físico, psicológico y afectivo.

Durante décadas, se ha glorificado la figura de la madre abnegada: aquella que renuncia a sí misma, que no se queja, que puede con todo. Sin embargo, perpetuar esta narrativa no solo es injusto, sino también riesgoso. Idealizar el sacrificio extremo, normalizar el insomnio, la ausencia de espacios propios y la autoexigencia constante, configura un modelo de maternidad que erosiona la salud integral de la mujer y romantiza el sufrimiento.

Aceptar que maternar también agota, que existen días emocionalmente densos, y que no siempre se experimenta gozo en el proceso, no nos vuelve menos madres. Nos hace reales. Nos humaniza.

Desafíos actuales de la maternidad
  1. Presión sociocultural (y digital): Las plataformas digitales han establecido referentes idealizados de maternidad que rara vez se ajustan a la cotidianidad. Compararse con estas imágenes puede generar sentimientos de insuficiencia y ansiedad.
  2. La doble —y triple— jornada: Compatibilizar la vida profesional con las demandas de la crianza sigue siendo una asignatura pendiente en muchos entornos laborales, especialmente aquellos que no consideran la corresponsabilidad familiar.
  3. Salud mental invisibilizada: El malestar emocional en la maternidad aún se vive con culpa o vergüenza. Condiciones como la ansiedad perinatal, la tristeza postparto o el agotamiento crónico merecen mayor visibilidad y abordaje.
  4. La culpa constante: Desde la alimentación del bebé hasta la decisión de pedir ayuda, muchas decisiones maternas están teñidas de cuestionamientos internos y externos que desgastan emocionalmente.
Hacia una maternidad más consciente

Ser madre hoy no se limita a criar. Es también resistir mandatos culturales, cuestionar ideales inalcanzables y construir un modo maternal que contemple la autenticidad y el autocuidado. Implica tener la valentía de decir: “Hoy no puedo más”, “Necesito acompañamiento” o “Esta versión de la maternidad no me representa”.

No pretendemos poner en tela de juicio el amor inmenso que se siente por los hijos, sino abrir la conversación hacia una maternidad más genuina, menos perfeccionista y más empática. Porque cuidar de otros también exige, de forma ineludible, aprender a cuidarnos a nosotras mismas.

4 comentarios

  1. Gracias hermosa, eres el ejemplo de tu análisis, pues tu madre ha sido formada y y las formas e instruyó muy bien . Feliz día para Laida . Bendecimos a los padres responsables como Juan Abel que demuestran que las madres necesitan buenos esposos y responsabilidad en la crianza .

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