Adultos atrapados en la infancia

Adultos atrapados en la infancia: la verdad detrás del síndrome de Peter Pan

¿Todo se bota? cultura descarte emocional

Por Rut Laybelis Encarnacion Genao, Psicóloga Clínica,
MA en Psicología Criminal con especialidad en Psicología Forense

Solemos romantizar la juventud eterna y se teme al compromiso, cada vez es más frecuente encontrarse con adultos que, aunque han alcanzado la madurez física, parecen emocionalmente atrapados en la adolescencia. A este fenómeno se le conoce como el Síndrome de Peter Pan.

El término fue popularizado en 1983 por el psicólogo Dan Kiley, autor del libro The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up, donde describe a hombres que, a pesar de su edad, mantienen comportamientos inmaduros, evitan responsabilidades y temen los compromisos emocionales y sociales propios de la adultez.

¿Qué es el síndrome de Peter Pan? No es un diagnóstico oficial dentro del DSM-5, pero sí es una categoría clínica utilizada por profesionales para describir un conjunto de rasgos conductuales y emocionales. Afecta principalmente a varones entre los 25 y 45 años, aunque también puede presentarse en mujeres.

Quien padece este síndrome suele:
  • Evitar relaciones estables o profundas.
  • Cambiar constantemente de empleo o carrera.
  • Depender emocional o económicamente de otros.
  • Mostrar dificultad para asumir errores.
  • Usar el humor o la evasión como mecanismo de defensa.
  • Temor a envejecer, a la autoridad o a formar una familia.
Causas comunes

El origen suele estar en una combinación de factores:

  • Sobreprotección en la infancia: padres que resuelven todo por el hijo, impiden que este desarrolle autonomía.
  • Falta de límites o disciplina en la crianza.
  • Modelos sociales que glorifican la inmadurez, como figuras públicas que hacen de la irresponsabilidad un estilo de vida.
  • Inseguridad emocional y baja tolerancia a la frustración.

Un estudio realizado por la Universidad de Navarra (España, 2021) encontró que el 32% de los adultos jóvenes encuestados reconocía sentir que «no está listo para la vida adulta», y un 19% había terminado relaciones por miedo al compromiso.

Además, la Asociación Americana de Psicología (APA) indica que el 27% de los adultos entre 30 y 40 años sigue viviendo con sus padres en países desarrollados, una cifra que ha aumentado en la última década y que muchos especialistas relacionan con patrones similares a los del Síndrome de Peter Pan.

Aunque al principio puede parecer inofensivo o incluso encantador, el Síndrome de Peter Pan puede derivar en:

  • Relaciones interpersonales disfuncionales.
  • Dificultad para mantener empleos o roles profesionales.
  • Frustración emocional crónica.
  • Baja autoestima camuflada por actitudes de superioridad o humor constante.
  • Dependencia de sustancias o comportamientos evasivos (videojuegos, alcohol, redes sociales).
Desde el ámbito psicológico, se recomienda:
  1. Terapia individual para trabajar la autoestima, el miedo al fracaso y la evasión de responsabilidades.
  2. Terapia familiar o de pareja, especialmente cuando hay dinámicas de codependencia.
  3. Establecimiento de metas concretas, con seguimiento terapéutico.
  4. Educación emocional para desarrollar herramientas de autocontrol y toma de decisiones.
No se trata de “madurar de golpe”, sino de reconciliarse con la adultez como una etapa natural y enriquecedora.

Esto no es solo una resistencia a crecer, es una defensa ante un mundo que exige mucho, pero no siempre enseña cómo afrontarlo. Como profesionales de la salud mental, debemos abrir espacios de escucha, comprensión y acompañamiento para que estos adultos puedan descubrir que la madurez no es una prisión, sino una oportunidad de construir una vida más libre y auténtica.

8 comentarios

  1. Buenas tardes 🤗

    Wau que difícil debe de ser lidiar con una persona así en la familia.

    Y en qué se convierte un hijo con el síndrome de «Peter Pan» cuando mueren sus padres?

  2. Entiendo como futura profesional de la salud mental, que este fenómeno conocido como el Síndrome de Peter Pan me invita a mirar más allá del juicio superficial. Muchas veces, detrás de ese adulto que evita compromisos, que se resiste a crecer o que vive como si la vida fuera un juego sin consecuencias, hay una historia de miedo, de inseguridad y de dolor no resuelto.

    No se trata solo de inmadurez o de irresponsabilidad, sino de personas que no han tenido las herramientas emocionales necesarias para dar el paso hacia la adultez de forma segura y estable. En mi trabajo he visto cómo el miedo a fallar, a no ser suficiente o a cargar con expectativas que nunca eligieron, puede llevar a muchos a quedarse “atascados” en una etapa de aparente comodidad que, en realidad, es profundamente limitante.

    Como sociedad, también somos parte de este problema: romantizamos la juventud, evitamos hablar del sufrimiento emocional, y no enseñamos a nuestros niños a tolerar la frustración o a gestionar sus emociones. En vez de acompañarlos a crecer, muchas veces los sobreprotegemos o los juzgamos cuando no cumplen con lo que “esperamos de un adulto”.

  3. Adultos manteniendo actividades y comportamientos inmaduros, que se niegan a crecer y aunque no es reconocido como un trastorno mental oficial, se refiere a un patrón de comportamiento en adultos que evitan las responsabilidades y compromisos de la edad adulta.

  4. Mi opinión personal sobre el Síndrome de Peter Pan

    Yo he notado que cada vez es más común ver personas adultas que, aunque tienen la edad,emocionalmente siguen actuando como si fueran adolescentes. Les cuesta asumir responsabilidades, comprometerse o simplemente enfrentar la vida como es. A mí me ha tocado ver esto de cerca, en personas cercanas, y sinceramente me hace pensar mucho.

    Vivimos en un mundo que romantiza la juventud, que nos hace sentir que crecer es malo, que madurar es aburrido. Pero yo no lo veo así. Para mí, ser adulto es tener la oportunidad de conocerse más, tomar decisiones propias, y también aprender de los errores. No es fácil, claro que no, pero tampoco es algo que debamos evitar.

    Yo misma he tenido momentos donde me sentí abrumada por lo que implica “ser adulta”. Hay veces que uno quiere hacer como que nada pasa, reírse, olvidarse de los problemas, dejar todo para después… pero con el tiempo he aprendido que eso no ayuda en nada. Huir de las responsabilidades solo te atrasa emocionalmente. En cambio, cuando uno empieza a enfrentar las cosas, aunque cueste, también se siente más fuerte, más capaz.

    Entiendo que muchas personas que tienen actitudes inmaduras no lo hacen por maldad, sino porque tienen heridas del pasado, miedos o inseguridades. Algunos crecieron sin límites, otros con demasiada protección. Y al final, todo eso pasa factura.

    Pero yo creo que todos podemos cambiar. Madurar no significa dejar de soñar ni perder la alegría. Para mí, madurar es aprender a equilibrar: disfrutar la vida, pero también ser responsable; reírse, pero también saber cuándo tomar las cosas en serio. Es vivir con los pies en la tierra, pero sin apagar lo que uno lleva dentro.

    El Síndrome de Peter Pan es más que una simple inmadurez. Es una señal de que algo emocional no está bien trabajado. No se trata de juzgar, sino de entender, apoyar y acompañar. Porque al final, todos merecemos crecer y construir una vida con sentido, sin miedo.

  5. El artículo cumple muy bien su propósito: educa, sensibiliza y propone vías de solución. Es una lectura útil tanto para profesionales de salud mental como para el público general. Además, fomenta una mirada compasiva sobre una realidad que a menudo se trivializa o se ridiculiza.

  6. Entiendo que los jóvenes no queremos envejecer pero es una etapa para todo los seres humanos, conozco muchos jóvenes de 35 año que no tienen hijos ni compromisos de un hogar por motivo de que viven con sus padre,y están muy acomodado ,pero creo que tiene éste síntoma de Piter pan,

    Creó que la sociedad y los padres deben de asumir la responsabilidad de ser padre responsable y no facilitarle las cosas a los hijos tanto que los llevan a ser unos buenos para nada debemos de mantener un equilibrio, y ponerle atención a éste tema.

  7. Existen personas que evaden los compromisos, quieren vivir toda una vida sin responsabilidades, evitando relaciones formales o profundas, como dice un elogio viven de rama en rama, tanto en el ámbito laboral como en las relaciones de parejas y a esto se le denomina el síndrome de Peter pan.

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