Por: Elis Peralta
Comunicadora social, analista de investigación y especialista en relaciones públicas
El agua es el recurso más valioso del planeta: sin ella no hay agricultura, energía, biodiversidad ni vida. En la República Dominicana, su disponibilidad depende de las cuencas hidrográficas, las “fábricas de agua” que captan y distribuyen este bien común. Pero hoy, estas fuentes se encuentran amenazadas por la deforestación, la contaminación y la falta de gestión integral.
En la actualidad la República Dominicana recibe cada año más de 25,000 millones de metros cúbicos de agua de lluvia, cantidad que debería garantizar el abastecimiento hasta 2050. Sin embargo, solo se aprovecha un 15 % del total, cuando lo ideal sería al menos un 30 %. La mala regulación, la deforestación y la falta de infraestructura agravan esta crisis.
“Estamos comprometiendo el futuro hídrico del país por no actuar con la urgencia que requiere”, advierten especialistas en manejo de cuencas.
Principales amenazas
- Deforestación acelerada: la tala y los incendios reducen la cobertura boscosa, vital para la recarga de ríos.
- Contaminación por desechos: vertidos industriales y aguas residuales sin tratar afectan la calidad del agua.
- Extracción descontrolada: el uso intensivo para riego y consumo urbano supera la capacidad de recarga.
- Cambio climático: sequías prolongadas y lluvias extremas alteran el caudal de los ríos.
- Gestión fragmentada: la dispersión institucional dificulta una política hídrica efectiva.
Un caso emblemático es el río Nizao, devastado por la extracción ilegal de arena y grava, pese a prohibiciones legales. También las cuencas del Yuna, Yaque del Norte y Guayubín enfrentan sobreexplotación severa.
Iniciativas y reconocimientos
En 2010 la UNESCO declaró Reserva de Biosfera Jaragua–Bahoruco–Enriquillo, y en 2017 designó la “Madre de las Aguas”, en la Cordillera Central, que protege más de 9,300 km² de territorio y alberga las principales nacientes del país.
“El futuro hídrico dominicano depende de esta reserva. Allí nacen los ríos que abastecen a millones de personas”, resalta un informe de la propia UNESCO.
El Gobierno también ha lanzado un Plan de Manejo Integral de Cuencas, con intervenciones en 15 zonas prioritarias y una propuesta de Ley del Agua, aún pendiente de aprobación.
Consecuencias del deterioro
- Reducción de agua potable y para riego.
- Daños a presas y acueductos.
- Pérdida de suelos fértiles y biodiversidad.
- Migración forzada de comunidades rurales.
Más del 50 % de los problemas hídricos se atribuyen a una gestión ineficaz, y apenas un 10.5 % de la población recibe agua potable de forma continua.
Acciones urgentes
- Detener la explotación ilegal de cauces.
- Reforestar las cuencas altas con proyectos de agroforestería.
- Aprobar y aplicar la Ley del Agua.
- Ampliar áreas protegidas y sancionar invasiones ilegales.
- Educar y empoderar a las comunidades en defensa del recurso.
Llamado a la acción
Las cuencas hidrográficas dominicanas están al límite. Aun con avances, persiste la amenaza de perder la riqueza hídrica más importante del Caribe.
“Proteger el agua hoy es asegurar el futuro de las próximas generaciones”