Cuando el cariño duele: red flags que no debes ignorar en el amor y la amistad

Por Rut Laybelis Encarnacion Genao, Psicóloga Clínica,
MA en Psicología Criminal con especialidad en Psicología Forense

Hay un tipo de amor que abraza, sostiene, escucha y respeta. Y hay otro que asfixia, desgasta, manipula y confunde. A veces cuesta distinguir entre uno y otro porque nos enseñaron que el cariño siempre es sacrificio, que quien te cela te cuida, y que quien te controla “te ama demasiado”.

En consulta se escucha a muchas personas decir frases como: “es que me cela porque me quiere” o “solo se molesta cuando salgo sin avisarle”. Detrás de esas palabras hay señales claras de alerta, muchas veces ignoradas por miedo, por costumbre o por no saber poner límites. Hoy quiero hablarte, no desde el juicio, sino desde el cuidado, sobre esa red flags (banderas rojas) que pueden aparecer tanto en relaciones de pareja como en amistades y que es fundamental identificar a tiempo.

¿Qué es una red flag?

Una red flag es una señal de advertencia. Algo que indica que quizás esa relación no es tan saludable como parece. No se trata de juzgar a la otra persona, sino de prestar atención a cómo nos sentimos y si estamos siendo respetados/as.

Las red flags no siempre se muestran de forma evidente. A veces se visten de detalles sutiles: comentarios pasivo-agresivos, una constante necesidad de aprobación o el típico “te lo digo por tu bien”. Pero lo que tienen en común es que nos hacen sentir incómodos, inseguros o pequeños.

¿Cómo se ve en la pareja?

1. Cuando te controla “por amor” quiere saber tu ubicación, pedir tus contraseñas o revisar tu celular no es una muestra de cariño, es una forma de control.
2. Suele aislarte de tu vínculo, constantemente critica a tus amistades o familia, o te hace sentir culpable por compartir tiempo con otros, probablemente no quiere compartirte, sino poseerte.
3. Usa el chantaje emocional con frases como “si me dejas, me muero” o “sin ti no soy nada” no son románticas, son señales de dependencia afectiva.
4. Cuando minimiza tus emociones y con ello te hace sentir exagerada, dramático/a o “demasiado sensible”, cada vez que expresas algo que te duele, está invalidando tu experiencia emocional.

¿Cómo se ve en una amistad?

1. Cuando solo está cuando le conviene, una amistad sana debe ser recíproca. Si esa persona solo aparece cuando necesita algo, pero desaparece cuando tú la necesitas, evalúa el vínculo.
2. Cuando te hace sentir menos en las relaciones de amistad que constantemente compiten contigo, te ridiculizan en público o te hacen comentarios hirientes “en broma”, no son inocentes.
3. Cuando te manipula con el silencio suele utilizar el castigo dejándote de hablar, te excluye o te hace sentir que todo es tu culpa, estás frente a una dinámica de poder poco saludable.

¿Qué hacer cuando identificas una red flag?

Primero, no te culpabilices por no haberla visto antes. Las relaciones humanas son complejas y muchas veces el cariño nubla el juicio. Lo importante es qué haces una vez que ves con claridad.

• Pon límites saludables decir “esto no me hace bien” es un acto de amor propio.
• Habla desde el “yo” expresa cómo te sientes sin atacar, pero sin suavizar tus emociones.
• Busca apoyo no estás sola/o. Habla con alguien de confianza o con un profesional de la salud mental.
• Permítete irte, en ocasiones es la única forma de sanar es soltar lo que duele, incluso si eso implica despedirte de alguien que quieres.

Recuerda esto ni el amor ni la amistad deberían doler. No deberían confundirte, ni apagarte, ni hacerte sentir que estás pidiendo demasiado. Reconocer una red flag es un acto de conciencia; enfrentarlo y tomar decisiones desde el cuidado propio, es un acto de valentía. No temas poner en pausa una relación si eso significa proteger tu salud emocional.

Y una vez más, déjame recordártelo con claridad, mereces vínculos que te quieran con respeto, sin condiciones, sin excusas y sin gritos que se disfracen de amor.